San Isidro, patrón del Río |
Ayer domingo 11 de mayo se celebró la romería a La Amarguilla, junto a la ribera del pantano del Negratín. Un lugar paradisíaco donde las últimas estribaciones del Cerro Jabalcón se unen a las aguas del Negratín y donde se ubica la zona recreativa del mismo nombre. Allí existía, desde antiguo, una fuente termal, hoy seca. Hasta allí se trasladan dos imágenes, como testigos de las geografías humanas desaparecidas bajo las aguas, que se unen a la memoria de las poblaciones que existieron en el valle del Guadiana Menor. Así, San Isidro Labrador rememora los anejos de Casablanca y las Cuevas de Arroyo, junto a los cortijos próximos y que popularmente era conocido como el Río; mientras que la Virgen de Fátima nos recuerda a aquellas gentes que habitaron Las Juntas, una aldea situada en la intersección de dos ríos: el Guadiana Menor y el Guadalentín. Y cada año, en una explosión festiva las gentes de Zújar se reunen junto al Pantano del Negratín para compartir una jornada de esparcimiento y alegría, reviviendo con nostalgia tradiciones de aquellos lugares.
la Virgen de Fátima, patrona de Las Juntas |
Hacia las 9.45, las dos imágenes salían de la Iglesia Parroquial. En la Plaza esperabaa un nutrido grupo de personas que acompañó a ambas imágenes envueltas en la música que, este año, desgranaba la Charanga Telotoko, hasta la Avenida de los Baños, donde tuvieron uqe esperar un buen rato hasta que el camión engalanado llegó.
Charanga Telotoko |
A continuación se trasladaron las imágenes hasta la Amarguilla. Allí, fue acogida por una gran multitud, pues muchas personas ya se encontraban en el lugar, aprovechando las sombras de los árboles y extendiéndose desde el embarcadero hasta la carretera. El día fue caluroso, la temperatura subia e iba creciendo al mismo ritmo que la algarabía y la continua llegada de personas que, en grupos, seguían instalándose en los aledaños. Pronto el agua del pantano sirvió para mitigar el calor, pues el termómetro superó los 30º C. Las gentes compartieron la comida, participaron de la alegría general, mientras los más pequeños no paraban de enfrascarse en juegos sin fin, mientras en ocasiones la música de la charanga reavivava el ánimo.
Habían pasado las cnco y media de la tarde cuando se produjo la procesión de las imágenes, preludio del regreso de las imágenes a Zújar al caer la tarde.