A pesar de un tiempo desapacible, la Fiestas comenzaron con buen pie, con una tamborrada espectacular, tras el pregón de Fernando Corral, el que fuera alcalde de Zújar entre 1995 y 1999. Este año fue mejor que el anterior, ya que hubo un buen sonido, y se pudo escuchar bien al pregonero. Además, tuvimos la suerte que el telón de la plaza, el decorado de "Los Papeles" estuviese listo, gracias a los papelistas de este año que lo montaron. Sólo falló la iluminación del escenario, algo pobre. El pregón fue muy emotivo y congregó a muhcas personas que llenaron toda la Plaza Mayor. Los tambores que componen la tamborrada estuvieron sonando hasta altas horas de la madrugada.
El día del cerro prometía mucho, porque había salido un sol tenue y en la cima no corría demasiado aire en la zona de la Ermita. No obstante esto sólo fue un espejismo y pronto el cielo se cerró, el aire cambió y comenzó a soplar con fuerza. Tal era el frío que hasta cayeron algunos copos de nieve. Lo que impresiona es que aunque algunas personas se fueron pronto, una gran mayoría resistieron las inclemencias del tiempo y la Virgen de la Cabeza realizó su tradicional subida sin contratiempo de forma espectacular. Pasadas la seis de la tarde la virgen llegó a "la Erilla Empedrá" y con los tambores y romeros rodeándola llegó a la plaza tras los escuadrones de moros y cristianos.
Al llegar a la plaza, y sin hacer caso a la climatología se dispuso todo para comenzar la primera parte de "Los Papeles". A punto estuvieron de suspenderse porque comenzó a caer una lluvia fina que espantó a la concurrencia. No obstante se comenzó su representación un poco más tarde de lo habitual, con menos público, que aguantó las embestidas de la lluvia (Fue la primera vez que yo he visto al público asistiendo a los papeles con paraguas) y de un frío que iba siendo cada vez más intenso a medida que pasaba la tarde, lo que deslució un poco el acto. Los papeles tuvieron varios momentos de gran intensidad, estrenándose una jaula a modo de prisión para Minardo, de grandes dimensiones, sobre una plataforma de madera con ruedas, ideada y construida por Alex, uno de los papelistas, concretamente Zelín.
El Lunes, el tiempo mejoró y se realizó el desfile procesional por la mañana sin contratiempos adaptando el recorrido, como el resto de procesiones, para no pasar por el Lugar, ya que la calle de la botica sigue hundida y no podía pasar la procesión. Por la tarde, ya en Capallón, se interpretó la segunda parte del drama de moros y cristianos, con una gran concurrencia de público que pudo disfrutar de "Los Papeles" que introdujeron una novedad: Luzbel en vez de salir corriendo como otros años, o a caballo, saltó dentro del escenario a través de una compuerta abierta envuelto en una humareda densa y por cuya aberturan fueron también saltando los diablillos. La compuerta fue obra también de Alex, nuestro Zelin. La gente quedó encantada de la Representación y mantuvo el tipo a pesar del frío.
El martes, el cansancio ya se iba intensificando pero el entusiasmo subió de tono. Tras el desfile matinal y la comida de fraternidad y agradecimiento que los oficiales agasajan a los participantes en Las Fiestas, de vuelta a Capallón, se realizó una emotiva ofrenda floral y las niñas de la Asociación Los Zujareños, exibieron su arte de bailaoras en el escenario que hicieron las delicias del público.
El regreso, ya de noche, se realiza con una espectacular procesión con los tambores resonando por las fachadas de las casas, con el desfile de moros y cristianos hermanados, mientras los fuegos artificiales salen de la Alcazaba. Los horquilleros entran triunfantes y las banderas bailan mientras les queda resuello a los abanderados. Todo el mundo se emociona y saca cámaras de fotos y móviles para captar la últim estampa de la Virgen cuando entra en la iglesia. Dentro, el himno vuelve a sonar de las gargantes de innumerables personas, ya por última vez. Y cuando la gente se ha ido, en la intimidad del templo, junto a la patrona, los oficiales, papelistas, abanderados, cajeros y sus familias se despiden con abrazos de emoción. Son las 23.40, casi la medianoche. Las fiestas acaban. Sólo quedan los rumeros de la última verbena en la Caseta Municipal y los rescoldos de las atracciones.
Todo se ha esfumado con gran rapidez. Ni me he dado cuenta. Las Fiestas han pasado a mi lado como un suspiro y sólo me queda un deseo: que pase pronto un año y vuelvan de nuevo.
(El miércoles 29 de abril el escenario de la Plaza Mayor se ha quedado solo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario